Recuerda que el sueño de nosotros es impredecible
El amor que nos quedaba se nos estaba escurriendo entre los dedos, marcados por las llagas de la infidelidad. Y mientras tu mirada se desviaba, yo comprendía que sólo te estabas acobardando; Detrás de ese escudo tuyo que inútilmente yo intentaba atravesar, ese forcejeo que agotaba mi poderosa imaginación, fue la que me obligaba a seguir intentando, porque en el fondo no eras más difícil que cualquier otro.
No, no eras más que un inquebrantable capricho del que estaba condenada, hasta que la lujuria le pusiera un punto final, pero ella, la distancia, seguía apartándonos; Y la necesidad se interponía, ganándole finalmente a la cordura.
Esto, corazón, no es más que un simple derroche de locura.
Val León
No hay comentarios:
Publicar un comentario