De nuevo, en medio del desierto.
En medio de la nada, por primera vez sin palabras.
Completa.
A menos de un segundo de distancia y estamos tan lejos.
Se nos gastaron las ideas, se cayeron los discursos, fuimos escandalosamente humanos. Sabía que el filantropía me enterraría cien metros bajo tierra. Ese amor por el hombre no lleva más que al fracaso del ser y una caída más, la misma piedra.
No quiero palacios en ruinas, y solo queda el miedo de no ser escogida.
Se acerca marzo y por tercera vez, no quiero sangrar en Octubre. Somos de invierno, de otoño, del frío infinito. Yo no quiero ser prisma del mes, de temporada. Quiero quedarme en el oeste del recuerdo.
La noche solo es noche, cuando el cielo se desploma y nos encontramos.
Desconfiada, casi ambivalente. Levántame la mirada, quiero vivir, vivir, vivirte; en el giro de la luz por la tarde. Que mundo se vuelva sordomudo, que solo se escuche el Ruiseñor de la ventana y dos mundos en calma. La ciudad será testigo de estas dos almas.
Marie Montero M
Intenso post. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos
David
Pd: He escrito un cuento en mi antiguo blog Cine para usar el Cerebro, se llama "Todos podemos ser gerentes".