Siempre existe una pequeña añoranza de nuestro pasado,
cuando este conoce al futuro, se siente en el fondo,
una osadía enorme de devolver el tiempo,
porque los días parecen años
y los segundos se convierten en siglos.
No desacreditamos nuestros sueños,
los vivimos intensamente,
quedando en nuestro inconsciente.
Para luego despertarnos desorientados,
arrastrándonos hacia ese pasado.
Irrisorio, eterno y deseado...
Val León.
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