vengo a proveer danza y rituales,
lenguajes mágicos en la espesura de esta selva.
Cielo de historias entre barcos y meandros
cruces de esperanza de un pueblo ahogado, marginado.
Soy el dios padre, creador de la tierra y del hombre
soy las ramas de estos árboles, las copas más grandes,
veo la muerte en estas montañas, como lluvia me escurro entre las hojas.
Soy el techo, el corazón oculto de un lenguaje prohibido.
Soy la niebla, lo espeso, la humedad imperante de la zona.
Sagradas piedras mágicas heredo a los chamanes que con sus cantos
recentan alegrias a sus allegados.
Duermo con cuchillos a los lados de mis densas caderas,
el rio y el pandero avisan los peligros de mis tierras
impenetrables, mi alma infinita viaja con el viento.
Mi agua es tierra, mi pez es yuca, diablos son los truenos que maltratan mi región,
En mis pies el lodo se convierte en paranoia, ritmo vigente de un lucha constante.
Soy sibú dios padre creador de la tierra y del hombre.
Valeria León
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