Friedrich Nietzsche

"El Hombre a solas consigo mismo sólo tiene una vía de escape: la del peregrino que siempre se aleja un poco más del desierto de la realidad." F. Nietzsche.

"El hombre es un abismo, da vértigo mirar en él." Wozzeck

miércoles, 30 de mayo de 2012

Norwich, Norfolk, UK

Tal vez sea la maldad inconsciente por el complejo hecho de haber nacido humana, creí ciegamente que el cielo repararía una vía de escape, la respuesta fue inmediata, me robó un suspiro no planeado y un pedacito del alma. Aunque no ha podido suplir completamente las acciones y omisiones de 4 espíritus volátiles que decidieron partir y cruzar el océano huyendo hacia la vieja Europa. Buscaban un sentido más romántico de la rutina, buscaban huir de rumores, tabúes y falsas acusaciones sin sentido para el siglo XXI. Tal vez fue su propia vía de escape hacia alguna idealización escondida que guardaban en secreto desde que eran niños.

Las voces de aquellos cuatro quedaron grabadas en algún lugar ajeno a lo mundano, no se olvidan, siempre vivos. De vez en cuando la nostalgia quiere extrañar su amor, su aroma, su libertad inmediata pero es que se llevaron consigo algo más que las maletas y entonces esta es la parte donde se convierten en espejismo de mi memoria, donde habita el olvido y los recuerdos no son más que siervos esperando un sacrificio.

La deriva se conoce cada vez más por ser amiga mía y la incertidumbre nunca se dará por vencida, ya se han vuelto costumbre y me han dejado una que otra lección. No tienen que ser compañeros de vías ferreas por toda la vida, tan solo pausamos la historia que se narró, pasaron a ser parte de la cajita de postales y estampillas. Un barco más dentro de la botella con bandera de blanco, azul y rojo pero no con líneas horizontales perfectas, sino con líneas perpendiculares y oblicuas que convergen en un Reino Unido.

Pudo haber sido el miedo, la imaginaria estabilidad o alguna razón universitaria pero ninguna de ellas fue la culpable. La verdad es que fue un presentimiento un tanto milagroso o celestial que me obligó a quedarme y retrasar mi partida. Se bien que Norwich esperará por mi regreso y la navidad tendrá más que árboles desnudos o copos de nieve. Resguarda tus catedrales y castillos medievales, guardarme un rincón con ventana para escribirte siempre y que tu cielo nos ampare con cariño. Que esta eternidad durará hasta que tu decidas terminar de escribirla.


Maricruz Montero

viernes, 18 de mayo de 2012

Carne


Camino los senderos recordando tu inmaculado nombre. Tu verde pelo se asemeja a estas hojas perennes  imposibles de morir, su brillo es como de cera, pulcro y radiante.
En lo recóndito de la selva tropiezo con tus manos enraizadas, que yacen incompletas en el lodo; El sol que calienta las piedras me recuerda tus ojos, voraces y enigmáticos, siempre expresivos y ardientes. Mientras que la lluvia es sinónimo de tu ausencia, llega con bochorno, humedece mis sabanas y empaña mi mirada.
El camino de maleza lo ignoro, mis pies conocen el destino, son tus llanuras siempre tan altas e improbables de escalar. Son tus mejillas una cuenca donde cada fin de mes crecen mis ríos, Y tu cuerpo se convierte en el mío, un cementerio nocturno, donde las plegarias disipan lo que alguna vez fuimos.

Valeria León.


viernes, 11 de mayo de 2012

Osadía Ambivalente

Perdona la desilusión de la breve conversación con aquella extraña, pero no vengo a presentar razones objetivas que esconden mundanos intereses malignos con discursos de la vida moderna. El sentir es plenamente subjetivo, aunque confieso que tiene nombre y apellido, con intenciones de querer y del verbo "conmigo", con ilusiones gritadas en silencio, sin testigos ni vecinos.

El sentir es sincero, puro y casi inverosímil; con voz y voto y la esperanza de ser algún día respondido. De recibir la total afirmación con cada razón que creo la misma atmósfera lunar que lo hizo entrar en este estado de asunción.

Siempre cabrá la posibilidad de que no haya una historia por narrar, pero al menos no hay alertas de simulacros vespertinos, el tiempo será quien determine la clave, el ritmo y los silencios; después de todo las lluvias ya empezaron y mayo como siempre trae uno que otro espejismo.

Aun así me atrevo a ir descalza pero con pies de plomo, que no confío en el latido que alguna vez estuve a punto de tirar por el balcón pero algún presentimiento fatal me obligó a quedarme en la sala de espera. Como de costumbre mirando por la ventana, reuniendo algún puñito de esperanza. Aunque esperar en la fila no sea costumbre mía ni la paciencia una virtud, allí me quede tan solo contado los minutos de un reloj que no quería más que aferrarse al presente de su inmortalidad.

Alguna vez un impertinente preguntó que si no era yo muy poco romántica pero no, no es que sufra de falta de romanticismos, la similitud se acerca más al exceso de sentimentalismos ahorrados, sin dueño mas que el cielo, que terminan confesándose en la libretita que contiene la esencia de quien los escribe con intensidad, esporádicamente de vez en mes.

También hay confesiones que se filtran en un pequeño rincón llamado Photojazz, y la verdad se descubre leyendo entre líneas, descifrando las metáforas cómplices de ocultar aquellas verdades no absolutas que huyen de la razón para encontrar refugio en la locura.

No me regales frases de almanaque, ni maquilles la realidad con argumentos débiles y sin gracia; puedes bajar la guardia que no hay público, ni cámaras ni audiencia y los temores quedan allá en la puerta. Ya no estamos en octubre y los sentidos vuelven a su estado normal, más alertas que nunca.

Pero después todo que el viento es quien nos guía con su ritmo caprichoso, inesperado y un tanto ambivalente; aunque la decisión fue tomada con osadía el universo no se retracta de tal impulso mientras que toma un tren sin saber su destino y confiesa con pena que no se le verá arrepentido.

Maricruz  Montero