Cartas Anóninas a la Dulce Vida

Dicen que los que lloran, lloran pidiendo ayuda,
pero hay quienes sin llorar piden ayuda desde sus adentros
una mirada delata todo en un solo segundo. Soledad, bella traición
no hay síntomas de ella , hasta que se encuentra en estado avanzado.
Saber si estaremos solos de por vida, o hasta donde llega la vida
que la muerte no te asuste puede ser alarmante.

Sin conocernos en el interior, sin rumbo y sin razón. Un anhelo de paz,
una esperanza es lo que necesitamos porque la luna y las estrellas pueden
no dar a basto. Acaso podremos dudar inclusive de nuestra existencia, cada
cara un mundo nuevo y la superficialidad sale a la acción.

¿Por qué tenemos que escoger? ¿Por qué los cambios tienen fecha de pre-aviso
en nuestra vida? ¿Por qué todo lleva un plan si no sabemos que puede pasar en
los próximos 5 segundos.? ¿Por qué? Si tal vez no estemos listoa para confrontarnos
con nuestro peor enemigo, nosotros mismos.

Más fácil será no cuestionar nuestras vidas, solo seguir y seguir, sin dar altos,
sin extrañar ni sentir, ni amar ni reír, pero ¿Cómo dejar de hacerlo?
Si el anhelo más grande en esta vida, es el cielo de la otra.
"El Cielo" de esta vida siempre nos rodea, solo que no estamos preparados
para asombrarnos con ello. Tal vez mi cielo en tierra esté y nunca llegue a
descubrirlo. ¿Por qué nos han de enseñar a no decepcionar, solo a triunfar?

Pero cuál será nuestra definición de Triunfo, sino la de cumplir nuestras metas
o tal vez el de saciar sueños frustrados, que quedaron encerrados en el cajón de abajo.

Mari Montero