Friedrich Nietzsche

"El Hombre a solas consigo mismo sólo tiene una vía de escape: la del peregrino que siempre se aleja un poco más del desierto de la realidad." F. Nietzsche.

"El hombre es un abismo, da vértigo mirar en él." Wozzeck

sábado, 17 de noviembre de 2012

Humana demasiado humana.

Nunca he creído en la salvación innecesaria de algún tipo con esencia de inmortal, que camine con un manual debajo de la manga acerca de como cambiar al mundo. Tan solo he creído siempre en la inmortalidad del cielo y en la supremacía de su inmensidad. Invítame a una tarde allá arriba, donde no se oiga más que dos latidos sincronizados al ritmo de un reloj que se detuvo en el segundo erróneo.

No queda más que la nada, ahora vuelvo a creer en la soledad, en la contradicción, en la absorción, creo en mis libros y en mi felino amigo. Te he mencionado el hecho de que sigo siendo una niña envuelta en aires de mujer que todavía le quedan grandes, te he dicho cuantas veces he muerto en inseguridades al amanecer. Te he contado cuantas madrugadas se han apoderado de mi atención buscando tan solo la próxima vía de escape cuando la dimensión en la que estoy colapse.

En en el fondo tan solo se escucha el piano de la canción de Julia Stone y el negro se empieza a tornar azul, el frío se apodera de a situación, y algún dueño del cielo vendrá a avisar que el sol pronto arribará. Lentamente del celeste al blanco, el movimiento recupera su lugar y me deja a mi absorta en su poder.

Me declaro humana demasiado humana, no pido más amos de la demagogia. Tan solo te pido un movimiento en falso que no me haga dudar por un segundo. Olvídate de cualquier otro cliché, es solo que a veces el Reino Unido está tan lejano como imposible y aquí en esta tierra de meridianos me quedas vos y la nada. Ojala y no te niegues el derecho a sentir culpa y arrepentimiento, ojala y puedas dormirte a las diez.

Intocable la inocencia, tan solo si la ven tus ojos, irreverentes los recuerdos invasores a media noche, irremediable el vacío usurpador. Nos quedamos sin palabras, eran innecesarias. Se me agotaron los adjetivos volátiles, las metáforas expiraron, me dejaste sin tinta.

Al menos no te robaste la esencia del alma pero la oscuridad de tu espíritu fue el que alumbró la debilidad que se escondía detrás de la piel que habito. No manches más el blanco de la pared, no me regales más soledad, ya tengo con la ha venido de visita y ahora es inquilina de un cuerpo. Un cuerpo tan ligado a su alma que cuando se ha visto lastimado siente a flor de piel cualquier rasguño externo. Se debe mirar, mas no tocar. Se deja engañar fácilmente, su sentido de la escucha la hace perder la razón. ¿Y si prefiero viajar al sur? Mejor sería dar una retirada limpia de cualquier asesinato a la escasa razón objetiva que se mantiene en pie.

Los sentidos engañan y entonces esta es la parte de la historia donde te conviertes espejismo de mi memoria, donde habita el olvido y los escritos pasados no son más que siervos esperando un sacrificio. Entre tanto cosmos y solo se ve el mundo interrumpido por las vibraciones que algún día quisieron ser palabras.
 Maricruz Montero M.

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