Friedrich Nietzsche

"El Hombre a solas consigo mismo sólo tiene una vía de escape: la del peregrino que siempre se aleja un poco más del desierto de la realidad." F. Nietzsche.

"El hombre es un abismo, da vértigo mirar en él." Wozzeck

lunes, 28 de enero de 2013

Clausura.

Quieren deformar el paisaje de mis tierras,
me venden al yugo.
Soy territorio del demonio, un lejano y sombrío recuerdo de mis antepasados.
La somnolencia de mis raíces me perturba, me engaña cruelmente.
La traición ya fue consumada, soy un capullo vacío.
Si fuera pájaro volaría lejos en clandestinidad, le pediría al viento su amparo,
un soplo vital, que alivie penurias y despierte consciencias.

Valeria León.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Barco de Papel

Estaba gris, estaba oscuro, intocable y en la arena de lo posible. Él se devolvió a la costa, inseguro; le temía al mar y es que estaba frío, estaba oscuro. Eran las 3:00 de la mañana y no conseguía adentrarse en aquella inmensidad. Se sentó, nunca pronunció palabra alguna y hasta un poco ensimismado buscaba a la razón, para que le diera sus objetividades servidas en bandeja de plata, se quería evitar el esfuerzo. Seguía planteando en sí los conceptos del fracaso, planeaba su futura imaginaria retirada. No quería dejar su palacio terrenal, su castillo de arena, aunque se derrumbará enseguida lo reconstruía, era costumbre y rutina suya. Aunque parecía, desde lejos, que conquistaría el destino que se le impusiese, su reflejo invertido El agua se convertía en el invierno del mundo y la luna, inteligente, no se asomaba... abogó por el no querer presenciar tal acto humano.

Él tan solo miraba el barquito de papel, dentro estaba ella. Tenía la luz, tenía el calor, estaba a la orilla de lo imposible. Siempre le gustó el mar, el sarborcito a sal, nació para el devenir entre las letras y la fé. Ella seguía creyendo en la subjetividad de la situación, vivía de la esperanza, del cielo. Su inocencia la delataba en la verdad.
Nunca necesitó instrumentos propios de la navegación, su brújula era efímera y nunca había utilizado astrolabios para medir la altura del sol. Ese sol que era tan alcanzable como posible; se sentaba junto a él, lo acompañaba a las 5 de la tarde, por el té antes de irse a la cama. Adoradora de novelas, filosofía y un poco de ficción, a pesar de que prefería mil veces el amanecer desde un folio lejano.

Estaban solos los dos, a la derivaba no se veían testigos ni titiriteros,  no habían maestros de ceremonias, ni dueños de circos cobrando a la entrada. El aire era puro y liviano, quiso ser cómplice fugaz y logró un movimiento en falso que sería tan solo el principio del fin. Brillaron los dos, colisionaron en un perfecto halo de luz la madrugada del Nueve, con réplicas que alcanzaron para cubrir el mes.
Un movimiento en falso fue el simulacro tan cruel, sin anuncio previo para evitarse el  ardor. Lo dicho le ganó a lo escrito, la dialéctica venció a pesar que carecer de lógica y perdón. No valieron las palabras, ni el papel, ni Puntarenas al atardecer. De nada sirvieron los caracteres combinados, los textos confesores no conmovieron a la cobardía invencible, esa que escondía la verdad detrás de la demagogia y la mentira.

Eran las 3:01 de la mañana y el barco estaba tan anclado como condenado. Se hundió en la sequía del valor, de la piedad. Sus metáforas escaparon, hicieron metamorfosis de extinción. Inesperada la caída y sin salvavidas, el girasol le dio la espalda al Sol, enero se adelantó y el cielo la traicionó, la dejó caer vencida.
Desde la costa solo se veía el hundimiento fatal, él construyó de nuevo su castillo de arena y ella nadó en el invierno del mundo hacia la costa de al frente y entre sentimientos prestados, sonrisas fingidas y sensaciones que no alcanzan supremacía, decidió no volver a construir un barquito de papel.

Maricruz Montero M



sábado, 17 de noviembre de 2012

Humana demasiado humana.

Nunca he creído en la salvación innecesaria de algún tipo con esencia de inmortal, que camine con un manual debajo de la manga acerca de como cambiar al mundo. Tan solo he creído siempre en la inmortalidad del cielo y en la supremacía de su inmensidad. Invítame a una tarde allá arriba, donde no se oiga más que dos latidos sincronizados al ritmo de un reloj que se detuvo en el segundo erróneo.

No queda más que la nada, ahora vuelvo a creer en la soledad, en la contradicción, en la absorción, creo en mis libros y en mi felino amigo. Te he mencionado el hecho de que sigo siendo una niña envuelta en aires de mujer que todavía le quedan grandes, te he dicho cuantas veces he muerto en inseguridades al amanecer. Te he contado cuantas madrugadas se han apoderado de mi atención buscando tan solo la próxima vía de escape cuando la dimensión en la que estoy colapse.

En en el fondo tan solo se escucha el piano de la canción de Julia Stone y el negro se empieza a tornar azul, el frío se apodera de a situación, y algún dueño del cielo vendrá a avisar que el sol pronto arribará. Lentamente del celeste al blanco, el movimiento recupera su lugar y me deja a mi absorta en su poder.

Me declaro humana demasiado humana, no pido más amos de la demagogia. Tan solo te pido un movimiento en falso que no me haga dudar por un segundo. Olvídate de cualquier otro cliché, es solo que a veces el Reino Unido está tan lejano como imposible y aquí en esta tierra de meridianos me quedas vos y la nada. Ojala y no te niegues el derecho a sentir culpa y arrepentimiento, ojala y puedas dormirte a las diez.

Intocable la inocencia, tan solo si la ven tus ojos, irreverentes los recuerdos invasores a media noche, irremediable el vacío usurpador. Nos quedamos sin palabras, eran innecesarias. Se me agotaron los adjetivos volátiles, las metáforas expiraron, me dejaste sin tinta.

Al menos no te robaste la esencia del alma pero la oscuridad de tu espíritu fue el que alumbró la debilidad que se escondía detrás de la piel que habito. No manches más el blanco de la pared, no me regales más soledad, ya tengo con la ha venido de visita y ahora es inquilina de un cuerpo. Un cuerpo tan ligado a su alma que cuando se ha visto lastimado siente a flor de piel cualquier rasguño externo. Se debe mirar, mas no tocar. Se deja engañar fácilmente, su sentido de la escucha la hace perder la razón. ¿Y si prefiero viajar al sur? Mejor sería dar una retirada limpia de cualquier asesinato a la escasa razón objetiva que se mantiene en pie.

Los sentidos engañan y entonces esta es la parte de la historia donde te conviertes espejismo de mi memoria, donde habita el olvido y los escritos pasados no son más que siervos esperando un sacrificio. Entre tanto cosmos y solo se ve el mundo interrumpido por las vibraciones que algún día quisieron ser palabras.
 Maricruz Montero M.

viernes, 16 de noviembre de 2012

El Fin

No hay mayor decepción que inspire mayor pena y la muerte que la de oír un palabras suaves que crean una onda expansiva vestida de estruendo que conlleva al llanto.

Expuesta a la luz, desnuda e indefensa, así me encontraras en el momento y cualquier rastro de orgullo e impertinencia saldrá por la otra puerta. Traicionera la vida y el tiempo y tal vez hasta la ilusión que condena a un alma que siempre pecó de egoísmo y que hoy quiere dar el todo por el todo.

Tal vez el corazón de león se vio afectado por la capa de porcelana que tiene al frente. Delicada la mano al escribir, aunque dentro solo siente el desgarro de la piel contra la piel sin anestesia local . El existencialismo que me ha acompañado siempre lo predijo. Nietzsche se enojó y Schopenhauer dijo que fue la falta de dominio de la dialéctica.

El sacrificio no es grande, tiene dimensiones infinitas y es y será incalculable. Tan solo espero que El Cielo este atento a lo que hace y no sean acciones invalidas sobre las cuales surjan arrepentimientos irremediables. A pesar de ser la arquitecta de las mejores vías de escape, el tiempo no me dio para prevenir una y las mandé al otro lado del mundo. Ni Norwich ni ninguna parte del globo tienen la respuesta o solución a la tragedia que tan solo es porque así quiere ser. Al menos dejé el temor de enfrentar a lo reivindicable.

El silencio siempre fue opresor de las verdades y esta vez no se va a atrever a interponerse en el camino, tan arrepentida como exasperada, admito que esperaba del otro lado un poco más de valentía para enfrentar la situación, por luchar por lo que realmente se quiere al igual que confieso mi propia deslealtad al dejarme influenciar por quienes me habían creado antes un sentir de repulsión. Poner al interogatorio no deseado en marcha para darse cuenta de la traición. Y poniéndolo en la balanza, el poder no lo vale, al menos para mi. Nada es nunca lo que pudo haber sido y por eso se inventó el perdón.

Aunque digas que la decisión es irrevocable, puedo decir que después de este presagio no volveré a callar ni adquirir nada por demagogia. Cuidaré a las raíces que he creado por cuenta propia y no volveré a trasladarlas ni a darles la forma que más convenga. Esta es tan solo es un alma que espera que este no sea el fin... después de todo se vive de la esperanza.
Maricruz Montero M.


domingo, 28 de octubre de 2012

Del devenir.

El vacío decidió hacer de vecino, se sentó a mi izquierda queriéndose robar un poco la atención. El mundo al parecer se detuvo aquí, en octubre, como si tuviéramos asuntos pendientes a medio cocinar.  Perdóname el silencio que se escapa, perdóname los discursos de aire que de vez en cuando se escriben para que no queden en el limbo de su existencia.
El daño pesa en los párpados, pero va más allá del cuerpo, invade el alma como un cáncer sin pausa ni control. Avanza rápido y suele hacer metástasis hasta cambiar de piel.

El silencio será porque eres amo de la dialéctica y retas, sin sentido, a la razón; amenazando la fe y certeza del motivo. Fui declarada soñadora, vivo de la esperanza, de oraciones, del cielo, del universo.
Podría dedicarme a juzgarte, pero no comprendo ni comprenderé nunca las excusas inválidas que se valen del miedo y la cobardía. "No es porque digas la verdad, es porque nunca me has mentido."

La ausencia de un alma quiso arrastrar  la mía. La marea y ese sentir oceánico de inmensidad tan solo observaron como una corriente acababa con todo a su paso. La orilla está lejos y yo ya cerré los ojos. La soledad siempre me acoge, nunca huye, sabe que eventualmente regresaré. El frío ahora invade algo más que la piel, octubre vino queriendo querer y del verbo conmigo y el invierno le cerró la puerta al fuego que apenas alzaba un poco de calor. No diría jamás que era inevitable, pero al menos se pudo prever.

No dejaste testamento ni escritura, solo quedó el eco de las palabras, que se sintieron como disparos a quemarropa y sin piedad, me miraste como si me hubiera convertido en la otredad que tanto habíamos criticado.

Nuca pedí eternidades, pero la esperanza siempre se va en la última línea. La sonrisa con una pizca de ternura fue señal de que no escuché mientras te marchabas. La inocencia sigue siendo parte de la esencia que me envuelve, es algo que no se pierde. No te olvides nunca del cielo, ni de la niña que quiso robarte los ojos y la ilusión, no te olvides la confianza que algún día nos unió.

Hay sentires que convergen con tal efervescencia que pueden envenenar en el momento, pero luego viene la calma y no queda más que el sinsabor del naufragio. Los sentimentalismos dejarán de tener dueño y se volverán a perder en el camino, son volátiles aunque con memoria propia y una historia que no  olvidan. Como es costumbre, la contradicción entra en juego y el devenir se convirtió en discípulo del tiempo.   Vuelven a quedar solo cinco sentidos, que se desgastan en busca del sexto que está perdido.

El equipaje va ligero, es casi nulo y me quedaré un rato más en esta sala de espera que tantas veces me ha ofrecido un reloj, con una sobriedad repugnante y una ventana que no anuncia más que el adiós.

Maricruz  Montero

jueves, 30 de agosto de 2012

"Para siempre"

Antes de empezar tal vez debamos definir una frase: "para siempre". Tal vez termine donde nosotros queramos que termine, pero es un oximoron cada vez que este predicado se mezcla con un sujeto o por lo menos para un significado terrenal. Las dimensiones del tiempo y el espacio y tal vez hasta la genética hagan imposible que esta frase tenga valor alguno.
Tan  solo sé que un abrí mis ojos y ellos se habían ido para siempre, lo sentí por la mirada en sus ojos que no podían ocultar las lágrimas que se derramaban por doquier, con caminos torcidos y diferentes hasta que se escurrían por sus mejillas. Lo supe en el momento que en el que el pequeño que había visto crecer alzó su mirada para verme derrotada por su partida.

Después de un pestañeo me encontraba en la misma casa donde habíamos visto pasar tantos años, estaba vacía aunque no mucho había cambiado. Me encontré en la misma habitación  viviendo con un extraño que quería dejar de serlo. Al menos me dejaste las fotografías, sin embargo, admito que por momentos me olvido de tu existencia, de tu aroma, de la suavidad de tu piel; hay momentos en los que olvido la forma de tu cara, el sonido de tu voz, el de tu llanto.

Me has abandonado y en la deriva, en medio de todo y de la nada, sin dejar testamento ni escritura. Extraño la suavidad de tu piel contra la mía y la mirada que leía cada grito, cada palabra que no tenía la necesidad de pronunciarse. Anunciabas las lágrimas de verano y eras el ojo de cada tormenta que invadía el tan aclamado invierno de la verdad. Pero una vez más, los minutos siguen siendo encadenados al reloj de arena y el universo sigue sin tomar cartas en el asunto. A mil kilometros de aquí, en algún lugar de la vieja Europa, pero sigues siendo cielo mio.

Es por eso que el significado de esta frase es tan importante, a mi corta edad he tenido ya muchos para siempres que han terminado dando una vuelta de 180 grados a la realidad y es por eso que en vez de abandonar la costumbre la convertí en hábito y ahora predispongo mediante un presagio gris el final de lo que ni siquiera ha empezado y tengo que admitir que he aprendido a construir las mejores vías de escape.

Me enseñaste al menos a evolucionar antes de que fuera muy tarde, me dejaste el egoísmo y la soledad de compañeros porque sabías que no podría saber vivir sin ellos. Te apoderaste de mi alma y la convertiste en un proyecto experimental. Me dejaste sin posibilidades de elección porque sabías que elegiría el camino incorrecto.

En cualquier otra ocasión te hubiera respondido que no deberías juzgarme, pero en acertaste bien. Aunque es totalmente válido decir que nunca es lo que pudo haber sido. Desde entonces el interrogatorio interno ha estado saturado de preguntas sin resolver, poco a poco la incertidumbre se quedará atrás; a lo mejor  la respuesta es no preguntar y tan solo dejar ser.


Inevitable.

Puede que a veces hayan incoherencias o vacíos que todavía no han recibido daño alguno por parte de la tinta y el plumón. Pero al menos deberían quedarse en su estado puro, sin influencia de ningún foráneo que venga a investigar asuntos sin objetivos claros, que sea tan solo por el hecho de ser prohibida la entrada.

El cielo se alejo, para convertirse en un ente intangible que me cela a cada amanecer. Haciendo memoria de todo lo que pudo haber sido. Es al único al que le pido sea mi salvador, pero es tan solo por cuestiones de inmensidad y poder. Aunque cada presagio ha decidido huir de la presencia de lo humano, reclamando la atención que solía tener hace ya unos años.

La predestinación que nos condena nos ha hecho callar y asesinó la libertad de expresión que nos mantenía con vida, ha envenenado el alma con adjetivos prefabricados, con modelos construidos para vendernos al por mayor. Dejamos de sentir los verdaderos sentires, ensuciamos el sustantivo que sujetaba la dignidad de la palabra, faltando a la opción de la libre elección. En el mundo que nos ofrecía aquel sinfín de caminos que no tienen como fín a Roma es ahora un solo camino hacia un agujero negro sin escapatoria.

La controversia sigue presente en cada paso que se da y se enfrenta a las consecuencias de las omisiones que ha decidido ejecutar. Pero es que las expectativas arruinaron la sorpresa que me darías al final de este viaje. Me voy de nuevo con las manos vacías y un exceso de sentimentalismos a los que les ha llegado su fecha de expiración.Pero ahora tan solo busco a la soledad que me invadía y a la que aceptaré como compañera subjetiva, además de la razón que decidió volver a mi.

Tal vez sea la falta de brillo que hay en tus ojos que no anuncian más que un funeral en pleno día otoñal. No te disculpes con la nada, que obtendrás más que odios sordos a excusas inválidas de argumentación y elocuencia, es tan solo un mecanismo de defensa después de escuchar las prometas que fuiste incapaz de cumplir. Vete lejos de aquí, no ves que tengo que atender a aquellas esperanzas caídas en el campo de batalla, que fueron asesinadas con cada acción u omisión tuya.

Me niego a vivir en negación y supongo que el último presagio gris fue el de presumir tu final desde antes que se pronunciara el comienzo, pero es tan solo cuestión de tiempo para borrarte de cualquier memoria emocional. 

Pero dime y que te puedo decir si al final siempre quedo pendiendo al hilo que te sujeta a mi alma, es inevitable evitar la contradicción que me condena. Pero fue iluso pensar que podrías dar respuesta alguna. Aunque te vayas volverá la poesía al amanecer y las noches serán de Zafón. Se irán los deseos mundanos vacíos que pueden confundirse entre la niebla.

Pero es la esperanza la que todavía me ata tu muelle, viniste tan solo a ofrecer lo que nunca ibas a entrgarme, a provocar sentirmientos que algún día se ahogarían en el misterio de su fracaso. La respuesta está escrita en tu manos, pero no es mi culpa si no quieres leer y refugiarte en lo ya conocido.


Yo por mientras me voy con mi gato.



Maricruz Montero M


jueves, 21 de junio de 2012

Paralelo Meridiano


Perdón vida mía, perdóname la soledad abismal que se asoma por la ventana, perdóname el dolor que se cae por la borda sin piedad, perdóname las palabras es que a veces el silencio se ve acorralado por la impulsividad.

Diría, sin la necesidad de darte muchas explicaciones, que es cuestión de una antigua pelea interna entre los demonios que aprisionan a un alma en peligro de extinción pero creo que ya es hora de dejar atrás cualquier excusa que imposibilite ver el amanecer.
 

Disculpa, es simplemente el exceso de sentimentalismos que siguen sin tener dueño y el cielo ha decidido consumirse en su propia tormenta existencial. Son tan volátiles que pueden causar una explosión un tanto adversa en cuestión de segundos; aunque si existen situaciones, acciones u omisiones que puedan detonarlas casi siempre es la frialdad, que recorre el alma, las que las hacen activar.

Los antecedentes de esta historia no tienen final, esta tan solo es la punta del iceberg. Y es que cada vez se ve más lejano el horizonte, es un aislamiento fatal que puede llegar a asesinar cualquier esperanza mundana o trascendental. Pero todo es acerca del tiempo, mientras el mundo puede seguir rotando en su propia órbita, por mientras iré en busca del próximo objetivo que me enamore con su esencia superficial y después de cierto tiempo seguiré las vías del antiguo ferrocarril.


"El hombre a solas consigo mismo solo tiene una vía de escape la del peregrino que siempre se aleja un poco más del desierto de la realidad", el vivir entre Nietzche y Marcel tal vez ha marcado mi propio camino que no tiene más destino que la ahorca.

Pero es esa parte de la existencia humana que se compone de posibilidades que nos hacen caer en la tentación y esa falsa atmósfera de la libre elección y es que somos libertad, jamás podremos renunciar a libre elección y elegimos vivir así.


Mientras tanto sabemos que la estrategia juega con engaños y farsas que van más allá de lo imaginable y se necesita una mente criminal para poder cumplir lo que nos hemos propuesto; aún así nada tiene el encanto que provoca el vender una imagen de ángel mártir ante los hombres.


Las cadenas podrán tener varios kilómetros, con baño de oro y diamantes incrustados, pero las cadenas siguen siendo tan reales como su apresamiento y los limites que llegan a imponerse con ellas sin cautela. Pero es que la contradicción habita en mi y se cree dueña de la piel, de querer ser y no ser, de vivir en constante evasión y fuga o confiar y asentarse, echar raíces...

Pero es ese "desierto de la realidad" el cual limita las mirada visionaria hacia un futuro insertado en el sistema secular. Este espíritu volátil declara su contrariedad con la esperanza de que esa mirada sea capturada por un visionario que quebrante cualquier estigma hereditario y poder vivir en ensueño que ha atrapado a la otra mitad de la humanidad.

"El humano teme a lo desconocido", sin embargo, creo que hay más temor a lo conocido, al fracaso cercano, a la repetición de patrones, pero la esperanza queda en los kilómetros de diferencias entre lo que representa la otredad que tiene vínculos tan solo sanguíneos.


Pero después de todas las confesiones que querían salir de la cajita de estampillas, tan solo me puedo refugiar en mi almohada y en los audífonos suena alguna canción de Aznar. Como de costumbre ensimismada, sin nada más que decir ni que narrar y el gato se ha ido ya.

Y con la mirada que se dirige a la ventana y la luna a medio descubrir, no queda más que darse cuenta que nunca fui víctima de la filantropía y la contradicción seguirá siendo la única compañía.


Maricruz Montero

martes, 19 de junio de 2012

Aurora Boreal.

"Vete ya, que no hay lugar para los cobardes que se quieran esconder debajo de esta piel. Vete ya, no trates de volar que los aeroplanos son para los hombres honorables, no trates de correr, que a donde sea que vayas a estar tendrás que luchar con los demonios internos que te has dedicado a crear."

Por mientras ella terminó aquel barquito de papel que ha zarpado hacia mar adentro pero al menos tiene brújula y norte. Tenía razón el diablo, pero esas son otras discusiones que pueden traer consigo una que otra maldición.

Ella está consciente de la habilidad que posee para huir cuando alguien se le entrega, lleno de falsedades, excusas e intensiones un poco cuestionables. Pero es tan solo un tema de apatía hacia el exceso de clichés y otras molestas frases de don juan que se ven reflejadas en un modelo patriarcal que no fomenta nada más que un fulgor con toques de odio hacia el género opuesto.

  Vida mía lo siento pero no te lamentes, ella quiso devolverte el suspiro, pero es que ya fue suficiente. Saberse encontrar bajo el encantador efecto de la fiel soledad no es cosa de dos, necesita recuperarla y volver a amarla como solía. Lamento que ellos hayan sido capricho ajeno, la culpa es de abril y mayo. Pero ya estamos en junio podemos volver a la no rutina, el amor ya no está en el aire y ella encontró otra vía de escape.

 " ¿Me regalarías un pedacito de cielo para disfrutarlo en mi rincón?, ¿Me dejarías escaparme una vez más? Descifré ya esta isla y no, no encontré nada más que la nada en su versión exponencial, es tiempo de volver a mi barquito de papel. Lamento solo poder darte arena de desierto, se que aun esperas llegar al mar y es que yo sigo aquí ensimismada. No te pediré perdón por mis silencios que son preludio de ocaso y tempestad entrelazadas. Es el silencio es impertinente, pero dulce y ha conquistado un corazón que está cansado de esperar en la esperanza de lo normal."

Desde niña fue escogida para no ser ni de aquí ni de allá, para que no pudiera quedarse por un momento, para que se dejara lastimar suavemente contra la corriente de aire que la impulsa, a esa muñeca que busca inconscientemente lápiz, papel y algún sentir que se quiera escapar de su imaginario.

La podrás encontrar entre las palabras de algún libro de Zafón y si es de noche búscala donde las luces pisan la tierra, las auroras boreales siempre la atraparon en un espacio inimaginable. Son dos en una y si no puedes entender su contradicción no te molestes tan siquiera en mirarla. Déjala ir y volverá con los brazos predispuestos, nada es más real que lo que logra plasmar en un abrir y cerrar de ojos. Se le escapa la historia de entre los dedos y trata de escribirla al ritmo que la añora. Déjala perderse en su escape perfecto, que ella tiene sus maneras diferentes de amar la libertad.



Maricruz Montero



miércoles, 30 de mayo de 2012

Norwich, Norfolk, UK

Tal vez sea la maldad inconsciente por el complejo hecho de haber nacido humana, creí ciegamente que el cielo repararía una vía de escape, la respuesta fue inmediata, me robó un suspiro no planeado y un pedacito del alma. Aunque no ha podido suplir completamente las acciones y omisiones de 4 espíritus volátiles que decidieron partir y cruzar el océano huyendo hacia la vieja Europa. Buscaban un sentido más romántico de la rutina, buscaban huir de rumores, tabúes y falsas acusaciones sin sentido para el siglo XXI. Tal vez fue su propia vía de escape hacia alguna idealización escondida que guardaban en secreto desde que eran niños.

Las voces de aquellos cuatro quedaron grabadas en algún lugar ajeno a lo mundano, no se olvidan, siempre vivos. De vez en cuando la nostalgia quiere extrañar su amor, su aroma, su libertad inmediata pero es que se llevaron consigo algo más que las maletas y entonces esta es la parte donde se convierten en espejismo de mi memoria, donde habita el olvido y los recuerdos no son más que siervos esperando un sacrificio.

La deriva se conoce cada vez más por ser amiga mía y la incertidumbre nunca se dará por vencida, ya se han vuelto costumbre y me han dejado una que otra lección. No tienen que ser compañeros de vías ferreas por toda la vida, tan solo pausamos la historia que se narró, pasaron a ser parte de la cajita de postales y estampillas. Un barco más dentro de la botella con bandera de blanco, azul y rojo pero no con líneas horizontales perfectas, sino con líneas perpendiculares y oblicuas que convergen en un Reino Unido.

Pudo haber sido el miedo, la imaginaria estabilidad o alguna razón universitaria pero ninguna de ellas fue la culpable. La verdad es que fue un presentimiento un tanto milagroso o celestial que me obligó a quedarme y retrasar mi partida. Se bien que Norwich esperará por mi regreso y la navidad tendrá más que árboles desnudos o copos de nieve. Resguarda tus catedrales y castillos medievales, guardarme un rincón con ventana para escribirte siempre y que tu cielo nos ampare con cariño. Que esta eternidad durará hasta que tu decidas terminar de escribirla.


Maricruz Montero

viernes, 18 de mayo de 2012

Carne


Camino los senderos recordando tu inmaculado nombre. Tu verde pelo se asemeja a estas hojas perennes  imposibles de morir, su brillo es como de cera, pulcro y radiante.
En lo recóndito de la selva tropiezo con tus manos enraizadas, que yacen incompletas en el lodo; El sol que calienta las piedras me recuerda tus ojos, voraces y enigmáticos, siempre expresivos y ardientes. Mientras que la lluvia es sinónimo de tu ausencia, llega con bochorno, humedece mis sabanas y empaña mi mirada.
El camino de maleza lo ignoro, mis pies conocen el destino, son tus llanuras siempre tan altas e improbables de escalar. Son tus mejillas una cuenca donde cada fin de mes crecen mis ríos, Y tu cuerpo se convierte en el mío, un cementerio nocturno, donde las plegarias disipan lo que alguna vez fuimos.

Valeria León.


viernes, 11 de mayo de 2012

Osadía Ambivalente

Perdona la desilusión de la breve conversación con aquella extraña, pero no vengo a presentar razones objetivas que esconden mundanos intereses malignos con discursos de la vida moderna. El sentir es plenamente subjetivo, aunque confieso que tiene nombre y apellido, con intenciones de querer y del verbo "conmigo", con ilusiones gritadas en silencio, sin testigos ni vecinos.

El sentir es sincero, puro y casi inverosímil; con voz y voto y la esperanza de ser algún día respondido. De recibir la total afirmación con cada razón que creo la misma atmósfera lunar que lo hizo entrar en este estado de asunción.

Siempre cabrá la posibilidad de que no haya una historia por narrar, pero al menos no hay alertas de simulacros vespertinos, el tiempo será quien determine la clave, el ritmo y los silencios; después de todo las lluvias ya empezaron y mayo como siempre trae uno que otro espejismo.

Aun así me atrevo a ir descalza pero con pies de plomo, que no confío en el latido que alguna vez estuve a punto de tirar por el balcón pero algún presentimiento fatal me obligó a quedarme en la sala de espera. Como de costumbre mirando por la ventana, reuniendo algún puñito de esperanza. Aunque esperar en la fila no sea costumbre mía ni la paciencia una virtud, allí me quede tan solo contado los minutos de un reloj que no quería más que aferrarse al presente de su inmortalidad.

Alguna vez un impertinente preguntó que si no era yo muy poco romántica pero no, no es que sufra de falta de romanticismos, la similitud se acerca más al exceso de sentimentalismos ahorrados, sin dueño mas que el cielo, que terminan confesándose en la libretita que contiene la esencia de quien los escribe con intensidad, esporádicamente de vez en mes.

También hay confesiones que se filtran en un pequeño rincón llamado Photojazz, y la verdad se descubre leyendo entre líneas, descifrando las metáforas cómplices de ocultar aquellas verdades no absolutas que huyen de la razón para encontrar refugio en la locura.

No me regales frases de almanaque, ni maquilles la realidad con argumentos débiles y sin gracia; puedes bajar la guardia que no hay público, ni cámaras ni audiencia y los temores quedan allá en la puerta. Ya no estamos en octubre y los sentidos vuelven a su estado normal, más alertas que nunca.

Pero después todo que el viento es quien nos guía con su ritmo caprichoso, inesperado y un tanto ambivalente; aunque la decisión fue tomada con osadía el universo no se retracta de tal impulso mientras que toma un tren sin saber su destino y confiesa con pena que no se le verá arrepentido.

Maricruz  Montero